Para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos difíciles. Y no se trata de una simple distinción terminológica, sino de una manera diferente y más optimista de ver el mundo.
¿Cómo podemos ser más resilientes?
La resiliencia no es una cualidad innata, es algo que todos podemos desarrollar a lo largo de nuestra vida. De echo las personas resilientes no nacen, se hacen. A continuación se presentan 10 hábitos básicos que llevan a cabo las personas resilientes:
- Tienen un sentido del "yo" muy desarrollado: estas personas saben quiénes son y qué es importante en su vida, pueden afrontar mejor la adversidad porque son menos susceptibles de las influencias externas. Son personas que conocen bien sus potencialidades y limitaciones, que son capaces de encontrar la fuerza dentro de sí.
- Sacan lo positivo de cada situación: no son optimistas ingenuos, sino que desarrollan un optimismo realista. Saben que las situaciones no son positivas o negativas, que dependen del punto de vista de quien las afronta. Una persona resiliente nunca pierde ni fracasa porque siempre aprende algo en cualquier situación.
- Miran hacia el futuro: suelen desarrollar una visión muy pragmática de la vida. Mientras que mucha gente pierde tiempo lamentándose por lo ocurrido, las personas resilientes miran hacia el futuro. Estas personas son conscientes de que por mucho que una herida duela, el tiempo lo cura todo.
- Son persistentes en sus propósitos: las personas resilientes cambian la ruta, no el destino. De echo, si algo las caracteriza es su alta perseverancia y tenacidad. Estas personas tienen muy claro donde quieren llegar y luchan para conseguirlo. "Son conscientes de que no pueden decidir la dirección del viento, pero pueden orientar las velas para aprovecharlo a su favor".
- Son altamente flexibles: saben adaptar sus planes a las nuevas circunstancias, no se aferran al pasado, sino que son capaces de reestructurar su camino con gran rapidez. Al no aferrarse a una única solución, el abanico de posibilidades que tiene ante sí es más amplio.
- Enfrentan la vida con sentido del humor: no sólo son capaces de reírse de la adversidad, sino también de ellos mismos. De esta manera, convierten a la risa en una aliada que les permite mantener el optimismo cuando todo a su alrededor se vuelve oscuro. Sin embargo, estas personas no se ríen de los demás, su sentido del humor es inteligente y crítico, que no pretende restarle importancia a la situación, sino tan solo desdramatizar y liberarse de las emociones negativas.
- Cultivan la aceptación: las situaciones traumáticas que no han sido procesadas a nivel emocional, continúan haciéndonos daño. De echo las vivencias traumáticas a las que nos hemos enfrentado emocionalmente y a las que no, se almacenan en lugares diferentes de nuestro cerebro, y al evocarlas, activan emociones distintas. Por eso, las personas resilientes se esfuerzan por cultivar la aceptación. Estas personas reflexionan sobre las experiencias negativas, para poder comprenderlas, enfrentarlas y aceptarlas.
- Aceptan la incertidumbre: hay que comprender que no hay respuestas para todo, y que a las personas buenas también les ocurren cosas malas. Estas personas no se torturan buscando una explicación que nunca encontrarán, en su lugar, aceptan la incertidumbre que llega con cada cambio, e intentan manejarla lo mejor posible.
- Confían en sus capacidades: las personas resilientes no son superhéroes, y lo saben. Sin embargo confían en sus habilidades y sobre todo en su capacidad para salir adelante. Cuando una persona resiliente se encuentra con un obstáculo que no conoce y sin disponer de recursos para afrontarlo, lo visualiza como un reto, porque confía en que podrá lidiar con la situación de la mejor manera posible y salir fortalecida.
- Se rodean de personas positivas: las personas resilientes son independientes y les gusta afrontar solos los retos, pero también saben cuando es el momento de pedir ayuda. Son conscientes de la importancia de cultivar sus amistades y de elegir cuidadosamente a las personas que pueden entrar en su círculo más íntimo.
"El hombre que se levanta es aún más fuerte que el que no se ha caído"
Pese a que la resiliencia es un constructo psicológico muy genérico, a menudo utilizado como cajón de sastre, me gustaron mucho algunos de los hábitos. En particular, la capacidad de reinterpretación positiva, la tolerancia a la incertidumbre y la aceptación, que tanto auge han tenido en terapia en los últimos años. Buen artículo compañera.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras esfera! :)
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