Numerosas
conductas alimentarias han adquirido una vinculación con ciertos estímulos, de
forma que la presencia de éstos desencadena el deseo y la acción de comer. La
costumbre de ver la televisión durante las comidas puede constituir una de las
vías más rápidas para la obesidad, tanto en niños como en adultos, influyendo
además de forma negativa en otros aspectos relevantes de la conducta
alimentaria (ritmo, masticación insuficiente, retraso de la higiene bucal...). Dejamos de prestar atención a la calidad y cantidad de la comida que ingerimos cuando estamos viendo la televisión. Estudios han demostrado que ingerimos un 10% más cuando estamos viendo la televisión, debido a la falta de atención en la cantidad que comemos y en la cantidad de anuncios televisivos (mayor en horarios de comidas) relacionados con comida con alto contenido en calorías. Otra consecuencia es la reducción de la relación entre los comensales, la familia habla menos durante la comida si están viendo la televisión.
Así a la larga, la conducta alimentaria será incitada por el estímulo ver la televisión, lo que provocará que cuando nos dispongamos a ver un programa, película, partido de fútbol... necesitemos tener algo para picar mientras estamos delante del televisor. (Da igual lo grande que sea el cubo de palomitas que compremos cuando vamos al cine que al final las comemos todas).
Evidentemente la forma
más eficaz de resolver este problema consiste en eliminar el estímulo
desencadenante, esto es, suprimir el televisor durante unos meses. Es importante analizar ventajas e
inconvenientes con la familia, ya que al principio puede generar un rechazo directo de algunos miembros de la unidad familiar.
Estrategias para eliminar las conductas de comer ante el
TV.
· Desayunar,
almorzar y cenar, sentándose a la mesa y manteniendo apagado el televisor.
· Centrar
la atención en percibir las diferencias de textura, sabor, olor y temperatura
de los alimentos, detener la vista en su aspecto, anticipando el disfrute de
saborearlos.
· No
comprar productos de fácil consumo que puedan constituir una tentación al
sentarse a ver la televisión.
· Sentarse
a ver la televisión después de haber comido y eliminado cualquier señal de
hambre o de sed.
· Cada
vez que se sienta el deseo de comer, viendo la televisión, enfocar la atención
a la película que se está proyectando.
· Levantarse
del sillón durante los anuncios, aprovechando para organizar las cosas
necesarias para el día siguiente, desmaquillarse, tender la ropa...
· Si
el deseo de comer es irrefrenable, puede saciarse siempre que se haga sentado a
la mesa y fuera de la habitación donde está encendido el televisor, pero no
durante el tiempo de la publicidad.
· Colocar,
junto a los alimentos, un recipiente con algún producto de olor desagradable
(amoniaco)
· Anotar
el deseo de comer, en el mismo momento en que aparece, indicando su intensidad
y si se ha controlado o no, así seremos más consciente de nuestros impulsos.
· Autorreforzarse,
en el caso de haber controlado la conducta de comer.
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