jueves, 25 de junio de 2015

RELACIÓN DE PAREJA: LOS 4 JINETES DEL APOCALIPSIS

   El psicólogo John Gottman, uno de los principales investigadores del matrimonio y las relaciones de pareja, afirma que es capaz de predecir el divorcio con más de un 90% de exactitud con tan solo observar las actitudes de una pareja durante unos minutos. Esta habilidad era el resultado de una gran cantidad de investigaciones desarrolladas, lo que le ha llevado a identificar lo que él llama "Los Cuatro Jinetes Del Apocalipsis". En sus investigaciones encontró también que hay personas que son especialmente buenas para mantener relaciones. Se tratan de personas que buscan cosas que apreciar, viendo lo bueno en los demás, mientras que las personas que son especialmente desastrosas en sus relaciones hacen todo lo contrario, centrándose en los errores y defectos de su pareja.

   Por supuesto, las críticas o ponerse a la defensiva es algo que puede suceder en cualquier pareja. La diferencia es que las personas que saben relacionarse bien se dan cuenta de que algo marcha mal y tratan de repararlo. Parte muy importante también es que la otra persona acepte ese intento de reparación, o, por el contrario, reaccione liberando uno de los cuatro jinetes sobre su pareja.

LOS 4 JINETES DEL APOCALIPSIS:

  1. Actitud crítica: una crítica destructiva se diferencia de una crítica constructiva en que la primera incluye etiquetas y descalificaciones, generalizaciones, se expresa en segunda persona, con tono de voz elevado y despectivo, con una postura corporal amenazante y que busca crear culpa y malestar en la otra persona. No es lo mismo decir: "No me ha gustado que esta mañana dejases la cocina desordenada, te pido que mañana recojas lo que ensucies" que decir "¡Vas siempre a lo tuyo! Dejas todo tirado por el medio y los demás tenemos que andar detrás de ti recogiéndolo todo, ¡estoy harto de ti!" El exceso de críticas destructivas lleva, como es lógico a sensaciones de resentimiento que no aportan nada bueno a la relación.
  2. Actitud defensiva: se manifiesta de 2 formas: Buscando escusas y no aceptando la responsabilidad de nuestra conducta. Las escusas transmiten a la otra persona el mensaje de que no la tomas en serio, intentando hacer que crea algo que no es cierto. La otra forma implica no aceptar una queja, responder al defensiva o contraatacando, lo cual empeorará sin duda la situación de conflicto de la pareja. Si un miembro de la pareja le dice al otro: "¿Por qué nunca quieres que vayamos a ver a mis padres?" y éste le responde "Porque tú nunca quieres ir a ver a los míos", la interacción entre ambos se está basando en culpabilizar al otro del conflicto, lo que provocará mayores sentimiento negativos entre ambos.
  3. Desprecio: constituye una falta de respeto que incluye insultos, muecas, sarcasmo, ironía, imitaciones en forma de burla, comentarios que transmiten la idea de que eres superior a tu pareja o ciertos gestos que indican rechazo, como desviar la mirada con desprecio. Se utilizan con fines ofensivos y para infravalorar a lo otra persona. El desprecio es el principal predictor de ruptura en una pareja.
  4. Actitud evasiva: implica retirarse de la interacción con la pareja, dejar de responder, dejar de escuchar, mirar hacia otro lado, levantar un muro entre ambos... En vez de afrontar un problema, se recurre a maniobras evasivas como dar la espalda, actuar como si estuviera ocupado o implicarse en comportamientos obsesivos. Suele aparecer cuando ya hace tiempo que se instalaron los otros tres jinetes en la relación y resulta lo bastante abrumadora como para necesitar escaparse de este modo de ella. Pero una vez que aparece, suele convertirse en un hábito que impide la solución de los problemas.

   Si has encontrado alguno de estos 4 jinetes cabalgando en tu relación es el momento de hacer algo al respecto, ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos a resolver dichos conflictos.

miércoles, 17 de junio de 2015

Ingesta controlada por estímulos-TELEVISIÓN.

Numerosas conductas alimentarias han adquirido una vinculación con ciertos estímulos, de forma que la presencia de éstos desencadena el deseo y la acción de comer. La costumbre de ver la televisión durante las comidas puede constituir una de las vías más rápidas para la obesidad, tanto en niños como en adultos, influyendo además de forma negativa en otros aspectos relevantes de la conducta alimentaria (ritmo, masticación insuficiente, retraso de la higiene bucal...). Dejamos de prestar atención a la calidad y cantidad de la comida que ingerimos cuando estamos viendo la televisión. Estudios han demostrado que ingerimos un 10% más cuando estamos viendo la televisión, debido a la falta de atención en la cantidad que comemos y en la cantidad de anuncios televisivos (mayor en horarios de comidas) relacionados con comida con alto contenido en calorías. Otra consecuencia es la reducción de la relación entre los comensales, la familia habla menos durante la comida si están viendo la televisión.

 Así a la larga, la conducta alimentaria será incitada por el estímulo ver la televisión, lo que provocará que cuando nos dispongamos a ver un programa, película, partido de fútbol... necesitemos tener algo para picar mientras estamos delante del televisor. (Da igual lo grande que sea el cubo de palomitas que compremos cuando vamos al cine que al final las comemos todas).

Evidentemente la forma más eficaz de resolver este problema consiste en eliminar el estímulo desencadenante, esto es, suprimir el televisor durante unos meses. Es importante analizar ventajas e inconvenientes con la familia, ya que al principio puede generar un rechazo directo de algunos miembros de la unidad familiar.

  Estrategias para eliminar las conductas de comer ante el TV
·     Desayunar, almorzar y cenar, sentándose a la mesa y manteniendo apagado el televisor.
·    Centrar la atención en percibir las diferencias de textura, sabor, olor y temperatura de los alimentos, detener la vista en su aspecto, anticipando el disfrute de saborearlos.
·    No comprar productos de fácil consumo que puedan constituir una tentación al sentarse a ver la televisión.
·  Sentarse a ver la televisión después de haber comido y eliminado cualquier señal de hambre o de sed.
·    Cada vez que se sienta el deseo de comer, viendo la televisión, enfocar la atención a la película que se está proyectando.
·  Levantarse del sillón durante los anuncios, aprovechando para organizar las cosas necesarias para el día siguiente, desmaquillarse, tender la ropa...
·    Si el deseo de comer es irrefrenable, puede saciarse siempre que se haga sentado a la mesa y fuera de la habitación donde está encendido el televisor, pero no durante el tiempo de la publicidad.
·    Colocar, junto a los alimentos, un recipiente con algún producto de olor desagradable (amoniaco)
·    Anotar el deseo de comer, en el mismo momento en que aparece, indicando su intensidad y si se ha controlado o no, así seremos más consciente de nuestros impulsos.
·    Autorreforzarse, en el caso de haber controlado la conducta de comer.