lunes, 10 de noviembre de 2014

SER UN PROFESOR EFICAZ: COMPROMISO Y MOTIVACIÓN

   Ser un profesor eficaz requiere compromiso y motivación. Estas características implican mostrar una buena actitud e interés hacia los estudiantes.

   Los maestros en ocasiones cuentan que la inversión necesaria de tiempo y esfuerzo para ser competente es enorme. Debido a esta exigencia, es fácil frustrarse o caer en la rutina y adoptar una actitud negativa. El compromiso y la motivación ayudan a los profesores eficaces a superar los momentos difíciles de la enseñanza. Estos maestros confían en su competencia, no permiten que las emociones negativas disminuyan su motivación, y tienen en el aula una actitud positiva y entusiasta. Estas cualidades son contagiosas y ayudan a crear un ambiente en el que los estudiantes quieren estar. El éxito atrae el éxito. Es importante ser consciente de los momentos en que un profesor ha marcado la diferencia en la vida de un estudiante.

   Cuanto mejor se enseña, más satisfacciones reportará ese trabajo. Cuanto más respeto y éxito se logre a ojos de los estudiantes, mejor se sentirán los maestros sobre su compromiso con la enseñanza.

   Con esta idea en mente, pensemos por un momento en la imagen que tenemos de nuestros anteriores profesores, algunos probablemente habrán sido excepcionales y nos habrán dejado una imagen muy positiva. Según una encuesta nacional a casi mil estudiantes de 13 a 17 años, tener sentido del humor, hacer interesante la clase y conocer la materia fueron las características que los estudiantes destacaron como las más importantes que debía poseer un maestro. Las características que los estudiantes atribuían con más frecuencia a los peores maestros eran ofrecer clases aburridas, no explicar las cosas claramente y mostrar favoritismo.

   Piense en el efecto que  un buen sentido del humor y su propio y genuino entusiasmo tienen sobre su compromiso a largo plazo como profesor. Los maestros implicados desean realmente estar con sus alumnos y están dedicados a ayudarles y aprender. Al mismo tiempo mantienen su función de profesor, claramente diferenciada de las funciones del estudiante. Más allá de su interés por los estudiantes, los profesores eficaces buscan maneras de ayudar a sus alumnos a tener en cuenta los sentimientos de los demás y a preocuparse unos de otros.

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