- Desarrollo de la psicomotricidad: Para tocar un instrumento lo primero que tenemos que hacer es que suene, ya sea pulsando una tecla, frotando un arco, soplando o rasgando cuerdas. Una vez vamos consiguiendo esto hay que dar "forma" a ese sonido tocando notas concretas y accionando los mecanismos necesarios para ello. Esto lleva a cabo en ocasiones mientras se lee una partitura, por lo que la relación óculo-manual también se desarrolla.
- Entender un lenguaje nuevo: Las partituras contienen información sobre la duración, ritmo, altura, velocidad, técnica y carácter para tocar las notas, y se trata de un lenguaje universal. Pero vamos más allá, la música consta también de frases, semifrases, motivos que dan coherencia al discurso musical. Mientras aprenden música los niños mejorarán su aprendizaje en conceptos propios de las lenguas y las competencias necesarias para aprehenderlas.
- Pensamiento múltiple: Además de la psicomotricidad ya mencionada debemos a la vez pensar en lo que estamos tocando, en lo próximo que debemos tocar, escuchar a los otros músicos con los que estamos tocando, estar pendientes del director o de la partitura...
- Pensamiento lógico: Las matemáticas y la lógica son fundamentales para comprender e interpretar el ritmo, entender los intervalos... Por eso estudiar música desarrolla el razonamiento lógico-matemático y estructura los mapas mentales.
- Sensibilidad artística: Tocar un instrumento desarrolla la creatividad a través de la experimentación con el instrumento, canaliza la exteriorización de los sentimientos y fomenta el desarrollo de criterio artístico.
- Capacidad de autocrítica y reflexión: Para dominar un instrumento debemos escuchar lo que tocamos, analizarlo y corregir lo que consideremos necesario. Con el tiempo esto se lleva a cabo en todas las actividades de la vida diaria.
- Empatía y habilidades sociales: A parte de escucharnos a nosotros mismos, para tocar en grupo debemos escuchar a los demás y saber en qué plano musical toca cada uno. Al tocar con otros músicos en grupos u orquestas conocemos gente nueva con intereses comunes.
- Educación en valores: Tocar con soltura un instrumento no es fácil ni rápido, requiere mucho trabajo, tiempo y constancia, unos valores que contrarrestan a la inmediatez a la hora de conseguir las cosas que nos tienen acostumbrados las películas y la sociedad.
- Autoestima: El ser conscientes de que día a día hemos mejorado un poquito es una gran fuente de satisfacción que gratifica todo el tiempo invertido en el estudio. Conforme más notemos los avances con el instrumento más exigentes con volveremos con nosotros mismos, con lo que aumentará la motivación y el perfeccionismo, al cabo de los años podremos mirar atrás y ver que ha merecido la pena y comprobar que ha sido gracias a nosotros mismos.
- Ser más responsables y cuidadosos: cada estudiante suele tener su propio instrumento, tanto en el estudio personal como en clase. Los instrumentos musicales son delicados y por tanto requieren cierto cuidado en su manipulación y mantenimiento, necesita que seamos responsables y cuidadosos con él.
Estos 10 puntos son aplicables también para los adultos que quieran comenzar en el estudio de un instrumento y de la música, ya que nunca es tarde si la dicha es buena.